Ahora entiendo qué es el arte- y, atravesándome con esa mirada untuosa, preñada de inteligencia-... es cuando Dios tiene nostalgia de los hombres.

sábado, 20 de noviembre de 2010

Dos palabras,capítulo cuatro

No se me podia quitar de la cabeza esa chica. Necesitaba ver a esa chica otra vez. Era casi una obsesión la que me había creado y habian sido menos de cinco minutos. Pensaba en ir a buscarla mañana al mismo sitio pero las probabilidades de encontrarla eran escasas,además dudo mucho que ella quisiera hablar conmigo.

Por el gran ventanal del autobús veia las casas pasar a una velocidad que apenas podía apreciarlas bien y la señora que habia sentado al lado mía no paraba de hablarle a su amiga de la boda de una prima de la hermana de nose quien y me estaba poniendo de un nervioso increible.

Me bajé cuando llegué a mi parada y los cinco minutos que tenia que andar se me hicieron eternos, parecia que no llegaba nunca hasta que por fin abrí la cancela de mi edificio y llamé al ascensor.





El ascensor estaba nosé en que planta y como tardaba mucho en llegar,decidí subir por las escaleras,idea que luego gracias al peso de la mochila me parecía la mas horrorosa de todas.

El chico que se habia golpeado a la salida conmigo,me parecía familiar en cierto modo. Me parecía haberle visto antes pero eso era casi imposible. Había estado repasando todos los lugares a los que habia ido los dos últimos fines de semana y no lo ubicaba en ningún lado.

Tres escaleras más y llegaba a la puerta de mi casa. Justo cuando estaba en el pasillo buscando las llaves,el maldito ascensor que me había fallado abajo llegó a mi misma planta.

El delicado sonido de la puerta del ascensor al abrirse dio paso a una de las mayores sorpresas de mi vida. Ahí estaba, en cuerpo y alma el chulo que se habia creido algo conmigo, abriendo la puerta del piso de enfrente. Sorpendida por la situación ironica solté una pequeña sonrisita y me apresuré a entrar pero hoy,la querida llave no queria aparecer.





Note un tintineo de llaves detrás mía y me giré. Lo que ví alli delante no me lo podía creer. Me parecía fruto de mi imaginación de mi espesa obsesión,pero no,era Dios que me había dado otra oportunidad y esta vez no pensaba desaprovecharla.

No encontraba la frase adecuada pero ya se encargó ella de comenzar nuestra conversación.

-O me has seguido o es imposible que el capullo más grande del universo viva delante mía- Me reprochó.

-Pues sí, como según dices tú, el capullo mas grande del universo vive justo enfrente mía, porque no tendría motivos para seguirte a ningún lado- En esto último le mentí descaradamente,ya que hubiera ido con ella a patita coja si hubiera sido necesario.

-Pues entonces,se acaba de demostrar que tengo una mala suerte increíble y que vivo rodeada de gilipollas.

-Para el carro,nena, quería aprovechar..- No me dejó terminar esa frase,la frase que hubiera puesto todo en orden,mis disculpas,pero volví a meter la pata intencionadamente. A veces odio mis coletillas.

-¿Como me has llamado? ¿Nena? Pero ?de que vas conmigo por favor? Mira paso seguir escuchandote a tí y a tus tonterías.

-Pues iba a disculparme,señorita...- me dí cuenta de que no había pronunciado su nombre.

-Magdalena si no te importa, ahora sino te importa tengo que estudiar.- y se cerró la puerta dejandome con las disculpas en la boca y con su nombre en los oídos.

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