Ahora entiendo qué es el arte- y, atravesándome con esa mirada untuosa, preñada de inteligencia-... es cuando Dios tiene nostalgia de los hombres.

martes, 5 de febrero de 2013

"Alzo el vaso, más vacío que yo."

Febrero. El mes más chiquitín del año. Ese que está entre el gélido Enero y el alegre Marzo, que llegará ampliando las horas de sol, con la primavera a la vuelta de la esquina, con la naturaleza, el mundo que despierta y que no volverá a dormir hasta Noviembre. Febrero mes de cambios, de prisas. Febrero. Un mes peculiar, ese que cada 4 años intenta crecer con 24 horas de más, pero no le sirve para nada, que vuelve a encogerse. Como yo, que soy Febrero, en constante cambio entre el invierno gris y frío y la primavera de colores.
Febrero nunca es el mes favorito de nadie. Como yo, que paso desapercibida, que nunca soy la favorita, pero que sigo ahí. Esperando a que me vivan, a pasar sin hacer ruido, tal y como vine. Febrero que se siente desplazado porque a la gente ya se le ha pasado la euforia que llega con Enero y el nuevo año. Febrero, que siempre es, y será, el segundón,
Febrero, mes de espera, de cuenta atrás. Febrero mes de un constante lunes, de una superficialidad que llega con San Valentín y que a partir de ahí se queda todo el año.
Febrero. Frío. Calor. Lágrimas. Sonrisas. Un soplo. 28 días.
Febrero. Hola y adiós.