Ahora entiendo qué es el arte- y, atravesándome con esa mirada untuosa, preñada de inteligencia-... es cuando Dios tiene nostalgia de los hombres.

martes, 9 de noviembre de 2010

Dejame que cuente las horas perdidas..


Contando horas perdidas, perdiendo el tiempo que empleo en ello. Queriendo sin querer que esto pase de una vez y así poder ver en que desemboca todo esto.
Pudiendo hacer mil planes,estrategias y esperanzas para que luego,al planificarlo todo, al tenerlo todo tan asegurado, me plante por la noche pensando en que tengo miedo del futuro que yo había elegido. Pero que se le va a hacer,con esto del tiempo ya no hay marcha atrás.
Quiero salir de aquí,poner en marcha mi plan de ser por fin yo, poder creer en lo que a mí me parezca importante, hacer todo eso que tengo apuntado en la lista de "100 cosas que hacer antes de morir" uno por uno,pero sin tachar nada para volver a repetir.
Quiero cambiar de aires, conocer a gente nueva,hacer pequeñas locuras para contarselas luego a mis hijos. Hacerle fotos a cosas simples y después empapelar mi cuarto para recordarme que la felicidad esta en esas pequeñas cosas que luego se hacen grandes,si tu quieres.
Levantarme par empezar un nuevo día y pensar que es una nueva oportunidad para ser feliz, que el ayer es pasado y que no merece la pena darle vueltas a cosas que ya pasaron,porque aunque tu quieras el pasado no se puede cambiar.
A veces el alma te crece y llega hasta el corazón. Es muy dificil saber que quieres pero es más fácil saber lo que no quieres, por lo que lo puedes hacer por descarte.
Desear con toda tu alma algo,dejar de llorar por tonterías, asumir responsabilidades, retos que pienses que puedas cumplir, sonreirle a todo el mundo, darle animos a la gente,predicar con el ejemplo y dejarme de hablar sin parar para empezar a actuar. En definitiva; madurar porque yo quiero,porque tengo la predisposición de acerlo y no madurar obligatoriamente por la edad. Poder pasar de niña a mujer.

No hay comentarios:

Publicar un comentario