
Cada rincón de esa cuidad encerraba un amor. Bien perdido, nuevo,renacido o encontrado, que más da. Amor en todos sus estados. En forma de beso, de suspiro, de abrazo incluso de lágrimas solitarias. Rincones prometidos, sitios que fueron testigos de una noche inolvidable, de primeras veces,de últimos besos. Despedidas,reencuentros,pausas, escondites, desvergüenzas. Todo tenía cabida allí, en aquella cuidad permanente para unos,transitoria para otros.
Pero no todo era amor. Pero eso a la gente que lo tenía,no le importaba lo más mínimo. Como casi todo en la vida, cuando tu tienes de todo y no te falta nada,te importa muy poco los demás, que se le va a hacer. Seguimos siendo humanos.
Increible, me gusta mucho tu blog
ResponderEliminarte sigo yo tambien :)