Caminar por una calle llena de gente, jugando a descubrir lo más profundo de la persona con solo su cara.
Andar por la calle, mirando el cielo, el sol, o el simple suelo.
Pasear, escuchando una buena música, por mil callejas chicas, no hace falta que sea una gran avenida, una simple calle pequeña sirve.
Meterte en una tienda y probarte vestidos, imaginando que vas a la fiesta de tu vida, a encontrarte con el hombre de tu vida y luego salir a la calle y pensar ¿será este? ¿o el de más allá? ¿ el que cruza la acera? ¿ El que acaba de entrar en su casa? Y lo más divertido es que no lo sabes; no sabes lo que el caprichoso destino te tiene preparado. No lo sabes... Supongo que por eso nos pasamos la vida esperando a la llegada de esa persona.
Esa persona que nunca llega porque la que llega no es como tu te la imaginas y la desechamos; pero no se pueden perder las oportunidades, porque no sabes lo que el caprichoso destino te tiene preparado.
Esa persona que nunca llega porque la que llega no es como tu te la imaginas y la desechamos; pero no se pueden perder las oportunidades, porque no sabes lo que el caprichoso destino te tiene preparado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario